Seguro, alguna vez has cantado con tu familia: “Campana sobre campana y sobre campana una…”, “Noche paz, noche de amor…” Sí, se trata de los famosos villancicos que, año con año, se suelen cantar en las posadas decembrinas. Estos cánticos tienen un origen muy antiguo. Se cree que el primer villancico data del año 368, cuyo autor, Hilario de Poitiers aborda el nacimiento de Jesús. Otro origen se le atribuye al Papa Telésforo, en el siglo II.
Aunque no siempre fueron dedicados al nacimiento de Jesús. En tiempos remotos se cantaban para dar a conocer situaciones que ocurrían en los pueblos o sobre temas de amor y desamor. El nombre “villancico” refiere a los cantos que realizaban los “villanos”, es decir, los habitantes de las villas.
Hacia el siglo XVI, los temas de los villancicos se enfocaron exclusivamente a temas religiosos. Hoy en día, son del dominio popular, parte del “sabor” de una tradicional posada navideña y arquetipo de las canciones de Navidad. Un villancico suele tener una estructura general de coplas y estribillo, con armonías y melodías sencillas, fácilmente reconocibles.
Entre los villancicos más conocidos tenemos: “Noche de Paz”, compuesto por el sacerdote austriaco Joseph Mohr; “Campana sobre campana”, de origen andaluz, aunque se desconoce quién lo compuso. “El niño del tambor” o también conocido como “El tambolirero”, de origen checo; “Los peces en el río”, muy difundido en España.
“Blanca Navidad”, canción compuesta ya en el siglo XX, por Irving Berlín, compositor de origen ruso, nacionalizado norteamericano. “Mi burrito sabanero” fue compuesto en América Latina, también en el siglo XX, por el músico venezolano Hugo Blanco. Por su parte, Sor Juana Inés de la Cruz escribió en 1676 los “Villancicos que se cantaron en la Santa Iglesia Metropolitana de México”.
Y tú ¿cuáles villancicos conoces y cuáles has cantado?
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