BERE... MI DULCE MAESTRA
Por Yllelyna Aponte Carías
¿Recuerdas a aquella maestra que te ayudaba a aprenderte las tablas de multiplicar o la que siempre te escuchaba cuando venías triste de tu casa o la maestra de hermosos y profundos ojos que con dulzura te transmitía confianza para que pudieras decir versos frente a toda la escuela?
Ser maestra es un privilegio y ser “la maestra” es un don, un distintivo que solo es otorgado por sus propios alumnos. Además del estudio, las actualizaciones deben llenarse paciencia y amor, amor y paciencia. A menudo los alumnos confunden el nombre de maestra con mamá, y es cuando la sonrisa fluye, ambos se sonrojan. El niño o niña se acobija en su regazo y con una palmadita continúan su día en el aula con esa complicidad.
Este es el caso de nuestra Bere, maestra de sexto de primaria este ciclo escolar y quien ahora asume con alegría y responsabilidad, la coordinación de la sección de primaria. Con la disciplina y el profesionalismo que la caracteriza acompaña los corazones de sus alumnos a través del modelo de disciplina positiva. El conflicto se diluye o se enfrenta con alguna herramienta del programa para maestros.
Hay niños que llegan de casa con el corazón desecho o algún conflicto en aula detona los intereses en el salón. El sentirse valiosos, amados y respetados es vital en ellos y Bere cuida, de manera rigurosa, cada momento de relación. Verla actuar con sus “niños” como le dice de manera cariñosa, reafirma el compromiso de la institución de haberla elegido de manera acertada. No solo apoyo el proceso académico, sino que refuerza la autoestima con amabilidad y respeto. El grupo es armónico y cada uno se valora con sus diferencias.
El ser de esta manera no ha sido de la noche a la mañana, es un trabajo de constancia, dedicación y estudio en el modelo de Disciplina positiva. Por eso le preguntamos cómo fue su educación, cuál modelo usaron sus padres.
Para la coordinadora de primaria el modelo de Disciplina positiva está muy relacionada con la búsqueda de soluciones de manera personal. “Considero que de cierta forma mi educación estuvo basada en esto, puesto que ni mi madre ni mi abuela utilizaron golpes. También existe hasta la vez mucha comunicación, sin embargo, eran contadas las ocasiones en las que se nos daba el espacio para hablar de nuestras emociones". Y este fue el patrón que quiso cambiar. “Mi educación fue a través de mi abuela y madre, ella me cuido durante toda mi infancia, ya que mi madre fue soltera, así que fue totalmente matriarcado, donde la mujer es capaz de hacer lo que se proponga. Tuve que aprender a expresar a mi mamá mis emociones de manera asertiva”.
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MODELO EN AULA Y EN CASA
El modelo de Disciplina Positiva se usa de manera práctica desde el aula hasta la casa, de manera congruente. Cortes Briones ha observado cambios como docente desde que comenzó la implementación del modelo como estrategia del Colegio Ameyali. Ahora tiene otra mirada y su formar de dirigirse con sus alumnos se orienta al buscar las herramientas adecuadas para entender el proceso de necesidades de cada alumno, como el sentido de pertenencia, reconocimientos, abrazos o sentirse escuchados.
Confiesa que todas las actividades que ha aplicado, le han servido ya que los alumnos las llevan a la práctica diaria. “Han aprendido a autocorregirse, en la forma de emplear sus comentarios. Se van conociendo y respetan sus diferentes formas de pensar, a conocer lo qué les molesta, lo que les gusta, y esto ha provocado mayor unión”.
Cortes Briones relata, que en una ocasión llegó un alumno con signos de tristeza como estilo “Carlitos”, donde tuvo la oportunidad de intervenir y sensibilizar al grupo, exponiendo que uno de sus compañeros estaba teniendo un día Carlitos; los alumnos recordaron la situación de Carlitos y se sensibilizaron; propusieron ideas acerca de como ayudarlo, y las llevaron a cabo, fue muy grato ver el gesto de compañerismo que tuvieron con él, para que ese día dejara de ser un día Carlitos.
En casa Berenice ha cambiado desde la manera de preguntar en vez de sermonear, “guiar a mi hija para que, a través de preguntas, ella llegue a la reflexión acerca de sus acciones, el tiempo fuera positivo, tanto en mi como ella cuando estamos ante una situación de molestia, y entre otras la de molestias y deseos, hemos aprendido a expresar nuestras molestias, pero también a decir lo que esperamos que pase ante esa situación que nos está generando molestias”.
También lo permea al trabajo, en sus relaciones con los compañeros, aprendiendo a estar más consiente de cómo se dirige hacia ellos para buscar el bienestar común.
Finalmente nos revela el deseo como miembro de la comunidad educativa del colegio. “Anhelo que tanto alumnos, maestros como padres de familia, se apropien en su totalidad del modelo de disciplina positiva. Es una forma de vida para amar con equilibrio entre la firmeza y la amabilidad”.