Desde muy temprana edad, los niños manifiestan ciertas competencias musicales muy primigenias. Emiten balbuceos, sonidos únicos e incluso, pueden imitar patrones cantados por otras personas. De hecho, a partir de los dos meses de edad, los bebés ya pueden igualar el tono, volumen y melodía de las canciones que sus madres les cantan. Los niños muestran una predisposición para asimilar estos aspectos musicales e involucrarse en juegos sonoros.
Esta sensibilidad significa un potencial interesante en su desarrollo musical y, este proceso puede verse de manera lúdica, divertida y experimental. Las áreas del cerebro involucradas en el desarrollo de las aptitudes musicales son: el lóbulo frontal, temporal y el hemisferio derecho.
A los dos años de edad, los niños son capaces de inventar sus propias melodías y reproducir algunos fragmentos de canciones que escuchan a su alrededor. Este proceso se profundiza hacia los cuatro años. Representa un momento medular en la vida y el oído de los niños: se encuentran frente a frente, tanto la posibilidad del niño para inventar sus propias melodías y, al mismo, tiempo, reproducir las canciones que escuchan.
Es importante la retroalimentación musical que el niño reciba durante esta etapa, tanto en su hogar como en la escuela. Es normal que, a esa edad, mengüe un poco la producción e inventiva de melodías y opten por imitar la música predominante en el ambiente.
No obstante, es medular que los padres y maestros presten atención e incentiven los intereses y aptitudes de los niños:
• Observe y muestre interés en las aptitudes que muestran los niños. Si bien, hay actividades que realizan de manera natural, estas pueden ser un indicador de ciertas afinidades y una veta potencial en el desarrollo y vocación del niño.
• Dedíquele tiempo al desarrollo de las aptitudes. Lleve al niño a un concierto, curso, taller... Incluso, cante con él o ella; aprecien juntos en casa alguna pieza musical. Esto hará que el niño se sienta motivado y perciba esa actividad como un momento para estrechar lazos familiares.
• Inculque la paciencia y perseverancia. Hay niños que muestran diferentes aptitudes musicales, ya que, cada uno se desarrolla y aprende a su ritmo. Es importante que el niño se sienta contento al realizar alguna actividad musical; que esta sea vista de manera lúdica y se cultive la paciencia y perseverancia al momento de adoptar el lenguaje formal de la música.
De esta forma, se incentivará su inteligencia musical, predispuesta de manera natural desde edades muy tempranas.
En Colegio Ameyali Puerto Vallarta nuestra misión es fomentar el desarrollo armónico de los niños mediante servicios educativos integrales y humanistas, en un ambiente cálido, incluyente y personal. Nuestros planes de estudio incluyen educación musical y expresión artística.
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