LA CASA POR DENTRO
Por Yllelyna Aponte Carías
Usted no se imagina que cada semana los maestros además de preparar sus clases académicas, preparan, con la misma disciplina y compromiso, su actividad de trabajo de Disciplina Positiva a través de la Guía del Maestro con actividades para sus estudiantes. Todo con el fin de formar a una generación de maestros, padres de familia, alumnos, salones de clases y comunidades educativas; que valoren el trato amable y respetuoso.
Jane Nelsen y Lynn autoras de Disciplina Positiva, lo tenían claro. Ellas buscaban enseñar a adultos y niños a respetarse a ellos mismos y a otros, que ambos se responsabilizaran por su comportamiento. Al momento de escribir el libro “Disciplina Positiva en el Salón de Clase” y la “Guía del Maestro”, no tenían idea del impacto que iba a tener en tantas personas.
Desde el colegio Ameyali y conscientes de la huella positiva en el niño y el crecimiento que genera este modelo en la familia y en la comunidad, se impulsa la realización de actividades coordinadas por el departamento de Pedagogía con base en la Guía del maestro. De esta manera, cada semana los docentes, llevan consigo acciones concretas de trabajo en el aula, persiguiendo que los alumnos desarrollen relaciones respetuosas en el entorno escolar y que se permee a casa y otros espacios de convivencia.
Un pasito… otro pasito
Pero, ¿cómo se afianza el respeto, cómo se impregna de amabilidad la personalidad del niño? Tomando en cuenta el modelo de la casa, el maestro debe impulsar las habilidades para mantener un salón de clase donde se propicien los acuerdos, rutinas, autorregulación, respeto mutuo, cooperación, aliento, comunicación, trabajo con sentido. Un lugar donde se vean los errores como oportunidades de aprendizaje y se busquen las soluciones, donde se respeten las diferencias y se generen momentos de consenso entre ellos.
El modelo de la casa de Disciplina Positiva en el salón de clases, establece el desarrollo de 8 habilidades necesarias para el logro de las reuniones del salón de clase y para cada habilidad se indican acciones concretas.
Todo se va dando paso a paso. Tras generar las habilidades se pasa a las reuniones de clase que buscan que el alumno se centre en los temas específicos y se enfoque en las soluciones a esos temas. Algo que a veces hasta en nuestras propias casas sería necesario implementar para vivir en #sanaconvivencia.
En las reuniones de clases, se busca que los alumnos desarrollen tres percepciones introspectivas asociadas al éxito.
A su vez, estas reuniones de clase ayudan a los estudiantes a desarrollar cuatro habilidades descritas en el siguiente diagrama.
Nuestra meta es que los maestros tengan aulas donde los alumnos sean tratados con respeto, que además de aprender matemáticas, español, ciencias, formación cívica y ética, historia; los niños tengan las habilidades necesarias para trabajar en conjunto con otros.
En Ameyali queremos aulas donde los errores se transformen en oportunidades de aprendizaje y éxito, donde los alumnos aprendan a cooperar con los maestros y compañeros de clase, encontrando juntos soluciones a los problemas. Queremos un ambiente lleno de emoción por la vida y el aprendizaje, en lugar del miedo, el desánimo y sentimientos de insuficiencia.
La finalidad de este modelo es desarrollar ciudadanos con habilidades y destrezas que los hagan responsables, respetuosos y hábiles; donde los alumnos desarrollan un sentido de conexión, pertenencia y significancia.
La mayor contribución en la disciplina positiva es que enfatiza el desarrollo de la habilidad de los estudiantes para controlarse a sí mismos, cooperar, asumir su responsabilidad y comportarse de manera digna.
Y modo de reflexión, les preguntamos ¿de qué manera, usted como padre o madre, busca generar espacios en casa donde el respeto y la sana convivencia imperen?