CUANDO MAMÁ SE CONVIRTIÓ EN UNA FIERA
ENOOOORME es la responsabilidad de criar a nuestros hijos, más cuando la estamos pasando mal. Y es que cuando no estamos bien emocionalmente, ya sea por un tema de pareja, trabajo o familia; la paciencia, la firmeza, el respeto y hasta el amor no fluyen con ningún miembro en el hogar, ni con nuestros hijos, menos con nosotros mismos.
Recuerdo que cuando falleció mi tía, con quién disfrute gran parte de mi infancia y quien fungió como mi tía abuela, mi madre estaba desconsolada; por lo que tuve que asumir, con tan solo 14 años, el rol de “mamá de mi mamá”. Sin llorar, sin sentir, tomando decisiones en casa, siendo el sostén emocional de mi madre.
Paso un tiempo, yo pensé que nunca eso me iba a afectar. Y ¿qué creen? Sí me afectó, emocional y físicamente. Me dio dengue hemorrágico, hasta me iban a hacer una transfusión. Pero lo que me rescató no solo fueron los cuidados médicos, fue el que mi mamá retomará su rol principal: el de MAMÁ.
Los niños tienen la grandiosa capacidad de sentir el estado anímico de los padres y de sus maestros. Los expertos recomiendan tener pautas claras de comportamiento también en los adultos que fomenten la sana y armoniosa convivencia para generar un clima de estabilidad emocional de todos los miembros de la familia o del aula.
Los niños son esponjas y absorben los estados de ánimo y agobios de sus padres
No creo que sea una historia aislada. Opino que cada uno de nosotros pasa por estos momentos de tristeza, enojo o de no saber qué hacer en determinadas situaciones cuando hay separaciones, cuando fallece algún miembro de la familia, cuando tenemos problemas conyugales o con amigos. Pasa y es frecuente ver, que al estar como “fieras indefensas”, les dejemos a nuestros hijos la responsabilidad de la casa y hasta de nosotros mismos.
Y pasa que cuando estamos enojados, frustrados, cansados o enfadados; nuestros hijos no rinden, se pelean con sus compañeros, no comen, no disfrutan su receso. No están conectados con el colegio sino con el problema de mamá o papá. Están tratando de buscar la mejor solución para que mamá vuelva a ser mamá.
En internet encontré la historia de un niño que su mamá se convirtió en una “bestía”. Sí, es la historia de un niño y su mamá-bestia y muy necesitada de cariño. El pequeño debe ocuparse de ella para que no esté tan triste, y también de sí mismo, porque la bestia olvida muchas cosas.
El libro publicado por la SEP, está escrito por Marcus Sauermann e ilustrado por Uwe Heidschötter. Les recomiendo ver a solas y luego compartir en familia ya que seguro tocará fibras delicadas de nuestro sentir. Haz click para ver el cuento: Cuento el niño y la bestia
TIPS para que domestiquemos a la bestia
Educamos desde nuestras emociones. Si yo estoy bien entonces nuestros hijos y alumnos estarán bien, se sentirán seguros y crecerán en un ambiente saludable, cada quien ejerciendo el rol que les corresponde.
Les dejamos 3 tips para poder domesticar a la fiera o bestia que cada uno tiene adentro:
1.- Identificar que estamos en estado “FIERA”.
2.- Buscar ayuda profesional para evitar que nuestros hijos se ocupen de nosotros y de nuestras emociones.
3.- RESPETO. Como indica Disciplina Positiva para inculcar respeto debemos comenzar por respetarnos. Darnos permiso para un tiempo con nosotros, y así asegurarnos que la bestia no se instale en casa.
Ahora, ¿tienes identificadas algunas de las actividades que puedes hacer a solas o con amigos y que ayudan a bajar el nivel de estrés? Platícanos de 3 actividades que usas para que mamá bestia no habite en casa.